jueves, septiembre 23, 2010

The silence of the lambs (Demme, 1991)


Los ojos azules de Anthony Hopkins siguen clavados en mi cabeza. Un personaje asombroso el de Hannibal Lecter. No es el protagonista de El silencio de los corderos, pero desde luego es quien brilla en pantalla (se llevó el Oscar). Su personaje inquieta y atrae. Es un hombre culto, de buen gusto. Disfruta con el arte, con la buena música. Y es un sabio, Doctor Lecter. Clarice admira al Doctor. Nosotros también le admiramos aunque a veces sentimos repulsión.
La trama principal de la película de la búsqueda de Buffalo Bill se ve enriquecida con la historia de Lecter y los descubrimientos de la vida de Starling. "Well, Clarice - have the lambs stopped screaming?". Los pelos se nos ponen de punta. La escena de la primera entrevista de Starling con Lecter consigue meterte en el ambiente. Nos sentimos en la piel de Clarice, vemos los ojos de Hannibal Lecter escudriñar en nuestra cabeza, tememos que el cristal desaparezca, pero a la vez queremos que estén más cerca. La revista Bon Apetit que se ve en la celda provisional en Tennessee nos revuelve el estómago. Y cuando el Doctor devuelve a Clarice sus papeles rozándole el dedo, se nos encoge.
Una película extraordinaria, muy dura y violenta, pero llevada de la mano de Anthony Hopkins. Sin él, creo que la película, aunque buena, no hubiera sido lo mismo.

1 comentario:

Raquel Cascales dijo...

Buenísima! Y una escena grandiosa, como toda la película.

Por cierto, he vuelto a los orígenes de la dirección del blog: pensaryconocer.blogspot.com

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